A mi lado la media luna, los pájaros cruzando la piscina, y los críos jugando también; aunque a veces molestan, te contagian su alegría. Tras un pino el sol. Creo que está pasmado porque una rubia refleja su mirada. Y es que no es solo eso lo que lo deja pasmado. Es su sonrisa y su alegría. Es su presencia, que me da alas porque aunque no quiera saber de mí, yo puedo saber de ella. Puedo verla enseñar, educar, aprender, disfrutar y hasta soñar. Puedo verla iluminada, ligera, moverse, y yo sueño que nadamos juntos como si fuéramos dos delfines enamorados.
-¡Qué tío más pesao!
Pero qué quieres que le haga. Si es lo que me da fuerzas pa tirar palante. Si hasta me da vida y siento que mañana será ayer y que podré poco a poco vivir lo que me robaron y curar lo que lastimaron.
No te asustes más por eso mujer. No te sientas incómoda. Que entonces ya no te ríes y yo me quedo sin la luz que me hace conservar la esperanza de lograr que los que dicen que no hay nada que hacer al final rían y vean que lo imposible es posible porque ya me quedo sin aire y la cabeza hay que sacar porque no soy un pez y tampoco lo quiero ser y lo que quiero es tan grande que mejor que ya termine esta frase tan sin sentido que parezco medio loco y es que loco loco loco de amor estoy yo y hasta que no se me pase a mí no hay quien me aguante y más vale que me calle y me vaya a dormir porque tengo que soñar con otras vidas, con otros mundos...
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